lunes, 20 de junio de 2011

LA OBRA CREADORA DE DIOS - CONCILIACIÓN DE LA TEORÍA CREACIONISTA CON LA TEORÍA EVOLUCIONISTA – Teilhard de Chardine.


           
       Según Chardin El punto Alfa es el inicio de la evolución.
       La evolución es la manera de crear de Dios, que tiene una finalidad, y que todo tiene una conciencia o interioridad que se incrementa exponencialmente y apunta hacia la conciencia suprema, el Punto Omega, Dios.
      El filósofo Teilhard de Chardin en su teoría evolutiva dice que la próxima etapa evolutiva del hombre será, cuando el hombre llegue desde el Alfa hasta el Omega (su cristificación).
       La teoría de Teilhard de Chardin sobre la cosmogénesis está basada en la filosofía vitalista de Henri Bergson, particularmente en su libro "La Evolución Creadora".
    La visión de Teilhard combina teología y ciencia en una perspectiva unificadora y coherente que sintetiza la Fe Cristiana y la Teoría de la Evolución.
       Para Teilhard la evolución es un proceso dirigido e iniciado por el espíritu de Dios en el Universo, una Creación continua y permanente, que comienza incluso desde el nivel de las partículas subatómicas, ascendiendo a niveles cada vez más altos de complejidad, y paralelamente, desarrollando espacios más profundos de consciencia.
        Según esa Ley de Complejidad-Consciencia, las formas de vida emergen como resultado de la asociación de distintos procesos químicos armonizados, los cuales representan a su vez un proceso de cognición o aprendizaje, de acumulación de información adaptativa. Esto forma parte de un esbozo teórico que Teilhard llamó "Hiperfísica", que estudiaría la energía vital o espiritual en acción dentro de la materia.
        La figura de Cristo, la encarnación de Dios en la materia del cuerpo humano, es el símbolo que Teilhard usa para designar el proceso en el que la inteligencia suprema se desarrolla poco a poco en el seno de la materia, en dirección a la completación suprema, el Punto Omega, donde materia y espíritu serán una sola cosa, presente y visible en el mundo
        Teilhard de Chardin acepta como validas las dos teorías: Creacionista y Evolucionista, a pesar que era un sacerdote jesuita (que por defecto debe creer en la teoría creacionista) no quiso aceptar que el hombre surgía solo de la teoría creacionista, entonces hizo su investigación para conciliarlas y tomar las dos teorías como ciertas.
La conciliación de la teoría creacionista con la teoría evolucionista es la siguiente:
1. Dios es el Alfa (es decir el principio de todo).
2. Dios procedió a crear la materia.
3. Esta materia evoluciona (se transforma).
4. Nuevamente Dios vuelve a intervenir, y le da a la materia un alma, entonces con esta alma surge el hombre (surge la vida).
5. Después de surgir el hombre, este debe irse perfeccionando poco a poco; y es el punto en el cual converge toda la humanidad en la actualidad.
6. Cuando este alcance su máximo perfeccionamiento este culminará en el punto máximo de perfeccionamiento (perfeccionamiento de los cosmos) y llegara al final de su perfeccionamiento; es decir el punto Omega que significa el punto final y máximo de perfeccionamiento.

En el siguiente esquema se explica en resumen lo expuesto anteriormente:

Dios interviene tres veces durante el proceso del surgimiento del hombre:
1. La primera vez, fue cuando creó la materia.
2. La segunda vez, fue cuando a la materia le dio un alma, que posteriormente surge la vida (el hombre).
3. La tercera vez, será cuando el hombre haya alcanzado su máxima perfección.

El proceso evolutivo actúa dos veces durante el surgimiento del hombre:
1. La primera fue cuando una vez creada la materia esta evoluciona
2. La segunda es que luego que fue creado el hombre a través de una alma (dada por Dios), el hombre continúa evolucionando hasta converger en el punto máximo de perfección (punto de Omega).


       Esta teoría, esta forma de entender el origen de todo desde una perspectiva de conciliación de las dos propuestas generales es una muestra de cómo es posible hermanar la ciencia con la fe, respetando los límites de la primera y la trascendencia de la segunda.

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