Cada
09 de agosto celebramos en todo el Carmelo (O.C.D. - O.Carm.) la memoria
litúrgica de Santa Teresa Benedicta de la Cruz, de quien en alguna entrada de
este blogs ya he hablado en lo concerniente a su vida en general desde una
perspectiva muy personal, muy mía.
En
esta ocasión quisiera honrarla añadiendo algunos pensamientos suyos extraídos
de algunos de sus escritos. También quisiera compartir algunos documentos
litúrgicos tanto de la Misa como de la liturgia de las horas.
Este
es pues mi pequeño homenaje a esta mujer singular.
PENSAMIENTOS
+ "Ningún hombre ha entrado jamás
en una noche tan oscura como la del Hombre-Dios en Getsemaní y en el Gólgota.
Ningún entendimiento humano es capaz de escudriñar y penetrar en el
misterio insoldable del Hijo de Dios moribundo abandonado por Dios. Pero
Jesús puede dar a probar a las almas elegidas algo de esta extrema amargura y
abandono. Es a sus más fieles amigos a quienes se lo exige como última
prueba de su amor. Si estos no se arredran ante ello, sino que se dejan
arrastrar voluntariamente hasta el interior de la noche oscura, entonces ésta
se convierte en guía:
¡Oh noche que guiaste!
¡Oh noche amable más que la alborada!
¡Oh noche que juntaste
Amado con amada,
amada en el Amado transformada!"
(La Ciencia de la Cruz)
+ "Si el alma quiere hacerse
partícipe de su vida, deberá pasar con Él por la muerte en cruz, crucificar
como Él su propia naturaleza mediante una vida de mortificación y negación de
sí misma, y entregarse a la crucifixión en el sufrimiento y en la muerte, tal
como lo disponga Dios o permita. Cuanto más perfecta sea ésta crucifixión
activa y pasiva, tanto más íntima será la unión con el crucificado, y tanto más
rica la participación en la vida divina (La Ciencia de la Cruz)"
+ "Yo sólo soy un instrumento del
Señor. Al que se acerca a mí quisiera yo conducirlo a Él. Y cuando
me percato de que no se trata de esto, sino que anda por medio el interés por
mi persona, entonces, no pudiendo servir de instrumento, pido al Señor que se
digne ayudar por otros caminos. Nadie es para Él imprescindible" (carta a
una judía convertida 14-12-1930).
+ "Creo que veo mi misión más
clara y precisa. Esto requerir decir también, desde luego, que veo cada
vez más agudamente mi total indigencia, pero al mismo tiempo la posibilidad, a
pesar de esa indigencia, de ser un instrumento..." (Münster 18-02-1933)
+ "En cualquier caso es una buena
escuela de humildad el hacer continuamente cosas que para llevarlas a cabo
cuestan mucho trabajo y no salen perfectas" (Carta a una superiora - 1937)
+ "He estado siempre muy lejos de
pensar que la misericordia de Dios se ciñese a las fronteras de la Iglesia
visible. Dios es la verdad. Quien busca la verdad busca a Dios,
séale o no manifiesto" (Carta a una joven religiosa - 23-03-1938)
+ "Bajo la cruz he comprendido yo
el destino del pueblo de Dios, que ya entonces comenzó a preanunciarse.
Pensé que aquellos que comprendiesen lo que es la Cruz de Cristo deberían
tomarla sobre sí en nombre de todos" (Carta a una superiora - 09-12-1938)
MISAL
9 de agosto
SANTA TERESA BENEDICTA DE LA CRUZ
(Edith Stein),
VIRGEN Y MÁRTIR
OCarm: Memoria libre
- OCD: Memoria obligatoria (En Europa: Fiesta)
Edith
Stein nació en Breslau el 12 de octubre de 1891, en el seno de una familia
hebrea. Apasionada buscadora de la verdad a través de profundos estudios
filosóficos, la halló en la lectura de la Autobiografía de
santa Teresa de Jesús. En 1922 recibió el bautismo en la Iglesia católica y en
1933 entró en el Carmelo de Colonia. Buscada por los nazis por su condición
judía, detenida y llevada al campo de concentración de Auschwitz, ofreció su
vida por el pueblo de Israel, al que pertenecía y amaba. Murió en los hornos
crematorios el 9 de agosto de 1942. Mujer de singular inteligencia y cultura,
ha dejado numerosos escritos de elevada doctrina y honda espiritualidad.
Antífona de entrada
Esta mártir
derramó su sangre por el nombre de Cristo, no temió las amenazas de los jueces,
y así alcanzó el reino de los cielos.
Oración colecta
Señor,
Dios de nuestros
padres en la fe, infúndenos copiosamente la ciencia de la cruz, con la que enriqueciste de modo admirable a santa Teresa Benedicta en la hora del martirio; concédenos, por su intercesión, buscarte sin descanso a ti que eres la suma Verdad, y mantener con lealtad hasta la muerte la alianza eterna de amor, sellada con la sangre de
tu Hijo para la salvación de todos los hombres.
Por
nuestro Señor Jesucristo.
Oración sobre las
ofrendas
Dios de misericordia, derrama tu bendición sobre estos dones y guárdanos en la fe que tu mártir, Teresa Benedicta de la Cruz, confesó con su sangre.
Por
Jesucristo nuestro Señor.
Antífona de comunión Jn 15, 1-5
Yo
soy la verdadera vid, vosotros los sarmientos; el que permanece en mí y yo en
él, ese da fruto abundante.
Oración después de
la comunión
Reanimados por estos sacramentos, te rogamos, Señor, que, imitando la constancia de tu mártir, santa Teresa Benedicta de la Cruz, merezcamos recibir de tus manos el premio prometido a la paciencia.
Por
Jesucristo nuestro Señor.
OFICIO PROPIO
9 de agosto
SANTA TERESA BENEDICTA DE LA CRUZ (Edith Stein),
VIRGEN Y MÁRTIR, PATRONA DE EUROPA
OCarm: Memoria libre - OCD: Memoria obligatoria (En Europa: Fiesta)
Edith Stein nació en Breslau el 12 de octubre de
1891, en el seno de una familia hebrea. Apasionada buscadora de la verdad a
través de profundos estudios filosóficos, la halló en la lectura de la Autobiografía de
santa Teresa de Jesús. En 1922 recibió el bautismo en la Iglesia católica y en
1933 entró en el Carmelo de Colonia. Buscada por los nazis por su condición
judía, detenida y llevada al campo de concentración de Auschwitz, ofreció su
vida por el pueblo de Israel, al que pertenecía y amaba. Murió en los hornos
crematorios el 9 de agosto de 1942. Mujer se singular inteligencia y cultura,
ha dejado numerosos escritos de elevada doctrina y honda espiritualidad.
Del Común de un mártir.
Oficio de lectura
Segunda lectura
De los
escritos espirituales de santa Teresa Benedicta de la Cruz
(Edith Stein Werke, II. Band, Verborgenes
Leben [Vida escondida],
Freiburg‑Basel‑Wien 1987, S. 124‑126)
¡Salve, cruz, única
esperanza!
«Te saludamos, cruz
santa, única esperanza nuestra», así lo decimos con la Iglesia en el tiempo de
Pasión, tiempo dedicado a la contemplación de los amargos sufrimientos de
nuestro Señor Jesucristo.
El mundo está en llamas:
la lucha entre Cristo y anticristo ha comenzado abiertamente, por eso si te
decides en favor de Cristo ello puede acarrearte incluso el sacrificio de la
vida.
Contempla al Señor que
ante ti cuelga del madero, porque ha sido obediente hasta la muerte de cruz. Él
vino al mundo no para hacer su voluntad, sino la del Padre. Si quieres ser la
esposa del Crucificado, debes renunciar totalmente a tu voluntad y no tener más
aspiración que la de cumplir la voluntad de Dios.
Frente a ti el Redentor
pende de la cruz despojado y desnudo, porque ha escogido la pobreza. Quien
quiera seguirlo debe renunciar a toda posesión terrena.
Ponte delante del Señor
que cuelga de la cruz, con corazón quebrantado; él ha vertido la sangre de su
corazón con el fin de ganar el tuyo. Para poder imitarle en la santa castidad,
tu corazón ha de vivir libre de toda aspiración terrena; Jesús crucificado debe
ser el objeto de toda tu tendencia, de todo tu deseo, de todo tu pensamiento.
El mundo está en llamas:
el incendio podría también propagarse a nuestra casa, pero por encima de todas
las llamas se alza la cruz, incombustible. La cruz es el camino que conduce de
la tierra al cielo. Quien se abraza a ella con fe, amor y esperanza se siente
transportado a lo alto, hasta el seno de la Trinidad.
El mundo está en llamas:
¿deseas apagarlas? Contempla la cruz: del corazón abierto brota la sangre del
Redentor, sangre capaz de extinguir las mismas llamas del infierno. Mediante la
fiel observancia de los votos, mantén tu corazón libre y abierto; entonces
rebosarán sobre él los torrentes del amor divino, haciéndolo desbordar
fecundamente hasta los confines de la tierra.
Gracias al poder de la
cruz puedes estar presente en todos los lugares del dolor adonde te lleve tu
caridad compasiva, una caridad que dimana del Corazón divino y que te hace
capaz de derramar en todas partes su preciosísima sangre para mitigar, salvar y
redimir.
El Crucificado clava en ti los ojos interrogándote,
interpelándote. ¿Quieres volver a pactar en serio con él la alianza? ¿Cuál será
tu respuesta? Señor, ¿a quién vamos a acudir? Tú tienes
palabras de vida eterna. ¡Salve, cruz, única esperanza!
Responsorio 1Cor 1, 23-24
R/. Nosotros predicamos a Cristo crucificado:
escándalo para los judíos, necedad para los gentiles; * Pero,
para los llamados –judíos o griegos–, un Cristo que es fuerza de Dios y
sabiduría de Dios.
V/. El deseo de mi corazón y mi plegaria pidiendo
su salvación suban hasta el Señor. * Pero, para los
llamados.
Oración
Señor, Dios de nuestros padres en la fe, infúndenos
copiosamente la ciencia de la cruz, con la que enriqueciste de modo admirable a
santa Teresa Benedicta en la hora del martirio; concédenos, por su intercesión,
buscarte sin descanso a ti que eres la suma Verdad, y mantener con lealtad hasta
la muerte la alianza eterna del amor sellada con la sangre de tu Hijo para la
salvación de todos los hombres. Por nuestro Señor Jesucristo.
Y para terminar en oración un hermoso canto inspirado en su doctrina: