El 12
de agosto se celebra en el Carmelo la memoria del Beato Isidoro Bakanja, el
mártir del Escapulario.
Querido Isidoro cuando supe de ti me quedé admirado de tu gran
entereza, de tu gran amor y fidelidad a Dios y a María.
Desde que recibiste el Escapulario del Carmen nunca te
desprendiste de él. Soportaste el maltrato que se te impuso porque no
quisiste desprenderte del hábito de María.
Saber todo esto me lleva a admirarte por semejante fortaleza y no
solo por el hecho de no querer desprenderte de esa sencilla Tela, sino porque
en el fondo de quien no querías desprenderte era del amor a la Madre de Dios
que veías simbolizado en ese Escapulario.
Hoy no valoramos tanto los símbolos exteriores religiosos, pero
pienso que en el fondo no está mal. Creo que lo más importante es saber
que detrás de ellos o en su esencia está a quien representan y de quienes no
debemos desprendernos es del amor a Dios y a María. Creo que lo más
importante no es usarlos, sino honrarlos con una vida comprometida y en eso tú
nos has dado un ejemplo tremendo pues en medio de semejante sufrimientos no
tuviste palabras de condena a tu verdugo, más bien supiste perdonar. Esto
es lo más importante y esa es la enseñanza que nos da el Señor con tu vida.
Para quien quiera saber
algo de su biografía puede revisar el siguiente link:
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