martes, 22 de mayo de 2018

CVR - LAS RESPONSABILIDADES DEL CONFLICTO: EL MRTA


       El (Movimiento Revolucionario Tupac Amaru) MRTA fue uno de los dos movimientos terroristas que accionaron en nuestro país causando muerte y destrucción.

          Sobre ellos la CV, en sus conclusiones, nos dice lo que fue en su esencia:

"B. Sobre el Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA):

34. En 1984, el Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA) inició a su vez una lucha armada contra el Estado y es responsable del 1.5 por ciento de las víctimas fatales que fueron reportadas a la CVR. A diferencia del PCP-SL, y en forma similar a otras organizaciones armadas latinoamericanas con las que mantuvo vínculos, el MRTA reivindicaba sus acciones y sus miembros usaban distintivos para diferenciarse de la población civil, se abstuvo de atacar a la población inerme y en algunas coyunturas dio muestras de estar abierto a negociaciones de paz. Sin embargo, el MRTA incurrió también en acciones criminales,6 recurrió a asesinatos, como en el caso del general Enrique López Albújar, a la toma de rehenes y a la práctica sistemática del secuestro, crímenes que violan no sólo la libertad de las personas sino el derecho internacional humanitario que el MRTA afirmaba respetar. Cabe resaltar también que el MRTA asesinó a disidentes de sus propias filas.

35. En balance, durante la década de 1980 el discurso y las acciones del MRTA contribuyeron a crear un clima en el cual el uso de la violencia pretendía aparecer como un recurso político legítimo, favoreciendo en última instancia la actividad y la expansión del PCP-SL. En la década de 1990, especialmente a partir de su frustrada toma del Congreso y de la toma de la residencia del embajador japonés en diciembre de 1996, el MRTA favoreció la legitimación de la política contrasubversiva autoritaria y militarizada del gobierno de Alberto Fujimori."

          En el siguiente link se encuentran todas las Conclusiones de la CVR




          En otra parte de la página web de la CVR se trata ampliamente el accionar del MRTA cuyas conclusiones se ven a continuación:

"1.4.2.8. Conclusiones
     "Los inicios del Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA) estuvieron marcados por la tradición guerrillera de la izquierda latinoamericana, inaugurada con el triunfo de la revolución cubana en 1959. Aquellos que conformaban esta tradición aspiraban a la conquista del poder político mediante la lucha armada. En tal sentido, el MRTA se nutrió de las experiencias del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), del salvadoreño Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) y del colombiano Movimiento 19 de Abril (M 19).
     En el Perú, los partidos que dan origen al MRTA son el MIR El Militante (MIR EL) y el Partido Socialista Revolucionario Marxista Leninista (PSR ML); quienes se unen en una sola organización en 1980, fundando posteriormente el MRTA el 1º de Marzo de 1982.
   El MRTA buscó diferenciarse del PCP SL, organizando un "ejército guerrillero" -el autodenominado Ejército Popular Tupacamarista-, bajo el modelo convencional de la guerrilla latinoamericana. En ese sentido organizó columnas de combatientes provistos de armas de guerra, uniformados y concentrados en campamentos fuera de las áreas pobladas. Esta estructura militar fue complementada por destacamentos especializados, llamados "Fuerzas Especiales" que actuaron en medios urbanos y rurales desde fines de los ochenta. Asimismo, en sus acciones armadas y trato de los prisioneros reclamaron guiarse por las Convenciones de Ginebra. Pese a lo anterior, el MRTA es responsable del 1.8% de violaciones a los derechos humanos cometidos en el Perú durante los años 1980 – 2000.
     El MRTA, ante un contexto internacional donde la "lucha armada" de las guerrillas de El Salvador, Guatemala y Colombia venían cobrando auge, y en el contexto nacional, el PCP SL venía creciendo y expandiéndose; ingresa en 1984 a la lucha armada, convirtiéndose en un actor más del conflicto armado interno.
     Alejándose de un postulado guevarista que indicaba no iniciar la "lucha armada" en aquellos países donde existiesen regímenes democráticos, el MRTA comienza su "guerra revolucionaria", cuando el Perú llevaba cuatro años de haber retornado a la democracia luego de 12 años de gobierno militar (1968-1980); y la izquierda, mas allá de su retórica revolucionaria, formaba parte de ese régimen.
     En su accionar, el MRTA se caracterizó por cierto voluntarismo que lo llevó a ejecutar acciones sin mayor perspectiva política, que la de realizar "propaganda armada" de su agrupación. Un ejemplo de ello, es la "toma" de varias ciudades en el departamento de San Martín, las que luego son abandonadas sin mayor efecto y relación con los objetivos declarados por el grupo subversivo.
     En agosto de 1985, un año después de haber iniciado su "guerra revolucionaria", el MRTA suspendió sus acciones militares contra el gobierno entrante de Alan García. Asimismo, solicitó dialogar con el gobierno aprista en búsqueda de una salida política a sus demandas. Este mismo pedido de conversaciones se realizó posteriormente con el gobierno de Alberto Fujimori en septiembre de 1990. En ambas ocasiones, tal dialogo no llegó a producirse.
     En 1986, el MRTA reinicia sus acciones militares y entra en una dinámica de "acumulación de fuerzas", donde progresivamente la perspectiva militar va primando sobre los objetivos políticos de los emerretistas. En tal sentido, el MRTA no logra elaborar propuestas políticas viables, articuladas a un programa de gobierno que respondiese a la coyuntura del momento. Como resultado, el MRTA fracasó en su intento por "ganarse" a la población e incidir en la vida política nacional.
     En el esfuerzo por convertirse en un actor principal dentro del conflicto armado interno, la línea militar del MRTA se fue convirtiendo en un fin en sí mismo, subordinando sus acciones a la lógica de la guerra. Ante este viraje, que marca un punto de quiebre en el MRTA, las tendencias más políticas de la agrupación abandonaron sus filas. En este periodo tienen lugar, el secuestro de empresarios –el primero de ellos se realiza en 1987-con el fin de canjear a sus rehenes por grandes sumas de dinero, que les permitiese financiar su guerra. Posteriormente, en 1989, en el intento de tomar la ciudad de Tarma, los emerretistas se encuentran con una columna del ejército (en el límite de los distritos de Huertas-Molinos, provincia de Jauja, departamento de Junín), siendo abatidos 58 de los subversivos. Este revés motivó al MRTA, llevar a cabo el asesinato del general Enrique López Albujar, hecho repudiado por amplios sectores sociales y políticos del país.
     A fines de los ochenta y comienzos de los noventa, el MRTA enfrentaba un contexto desfavorable para sus pretensiones. Por un lado, en el ámbito internacional los proyectos políticos y militares que animaron las acciones del MRTA o fracasaron (el populismo en sus diversas vertientes), o encontraron salidas políticas (los acuerdos de paz firmados por los guerrillas de Guatemala y El Salvador). En tanto que, en el ámbito nacional, el país atravesaba una grave crisis económica, social y política; la izquierda se desintegraba, en tanto sus postulados socialistas quedaban seriamente cuestionados; y, el PCP SL tenía jaqueado al país, con su accionar terrorista, que en el imaginario colectivo equiparaba a ambas agrupaciones.
     Internamente, en tanto, el MRTA sufría su propia crisis. Así, en 1992, el MIR VR se separó de sus filas. Los principales líderes emerretistas habían sido capturados por la policía, mientras que los militantes que desertaron de sus filas, acogidos a la Ley del Arrepentimiento, facilitaron la captura de otros emerretistas. Ello condujo a la desarticulación del Frente Nororiental del MRTA, quedando aislados únicamente en el Frente Central (provincia de Chanchamayo, departamento de Junin). Desde aquí, la Dirección Nacional del MRTA, diseñó su última acción: la toma de la residencia del embajador japonés, en la intención de canjear a sus presos por los que serían secuestrados. El 17 de diciembre, un comando integrado por 14 emerretistas logra tomar la residencia, manteniendo secuestrados a 72 rehenes durante 126 días, al cabo del cual estos últimos son rescatados mediante el operativo conocido como "Chavín de Huantar". Todo los emerretistas murieron. Este desenlace marca el inicio del fin del MRTA."

Víctor Polay campos


          Un aspecto que caracterizó al MRTA fue su odio especial a las personas homosexuales:

"1.4.3. Actos de terror contra minorías sexuales
     El 31 de mayo de 1989, un grupo de seis integrantes del MRTA ingresó violentamente al bar conocido como las 'Gardenias' en el Asentamiento Humano "9 de Abril" de la ciudad de Tarapoto, departamento de San Martín. Los subversivos aprehendieron a ocho ciudadanos a los que acusaron de delincuencia y colaboración con las Fuerzas Armadas y Policiales.
     Las ocho personas, que eran travestis y parroquianos del bar, fueron asesinadas con disparos de armas de fuego. A los pocos días, el semanario "Cambio", órgano oficioso del MRTA, reivindicó la acción156 como una decisión del grupo subversivo debido a que las fuerzas del orden supuestamente amparaban "estas lacras sociales, que eran utilizadas para corromper a la juventud". Los miembros del MRTA activos en la ciudad de Tarapoto hicieron similar apología de la masacre a través de mensajes en las radioemisoras locales.
     El semanario, al mismo tiempo, mencionaba un crimen similar ocurrido en febrero, cuando el MRTA ejecutó "a un joven "homo" muy conocido en Tarapoto". La Comisión de la Verdad y Reconciliación ha recibido un testimonio que corrobora este crimen y señala que el cuerpo de la víctima fue abandonado con un cartel que decía "Así mueren los maricones"157.
     El semanario "Cambio" justificaba los hechos alegando que los subversivos habían condenado en febrero las actividades de "todo homosexual, drogadicto, ratero, prostituta" y les había instado a que "enmienden su vida", pero que las víctimas "olvidaron el ultimátum", por lo que el MRTA decidió demostrar "que no advierte en vano". Según esta justificación, los actos del MRTA se debían a que ninguna autoridad "hacía algo por evitar una negativa influencia en la población juvenil" y evitaban cumplir un supuesto deber de castigar a estas personas debido a su orientación sexual: "¿ Por qué el MRTA tiene que castigar a delincuentes comunes si existe una Policía Nacional que tiene por misión velar por la seguridad ciudadana?".
     El Movimiento Homosexual de Lima (MHOL) ha denunciado que crímenes similares ocurrieron en el departamento de Ucayali entre mayo y julio de 1990, cuando tres travestis fueron también asesinados por el MRTA158. Ha señalado también que en 1992, los dirigentes del MHOL recibieron amenazas telefónicas de dicha organización subversiva.
     Las ocho personas asesinadas en Tarapoto, de acuerdo a distintas fuentes, fueron César Marcelino Carvajal, Max Pérez Velásquez, Luis Mogollón, Alberto Chong Rojas, Rafael Gonzales, Carlos Piedra, Raúl Chumbe Rodríguez y Jhony Achuy159. En la época en que estos crímenes se cometieron, el mando regional del MRTA era Sístero García Torres, quien luego se acogería a la ley de arrepentimiento.
     La comisión de estos condenables asesinatos, su reivindicación explícita por parte del MRTA y el hecho de que esta línea de acción de terror se mantuviera a lo largo de un lapso de tiempo considerable, permiten afirmar que el grupo armado en cuestión tenía una conducta intolerante, que buscaba legitimarse ante la población, estimulando los prejuicios sociales contra la homosexualidad; y que buscaba crear un sentimiento de zozobra entre las personas pertenecientes a minorías sexuales."

           Más información sobre el MRTA se puede encontrar en el siguiente link:



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