La CVR señala que miembros del PCP-SL y en especial su
dirección nacional y su denominada jefatura, tienen directa responsabilidad por
la comisión de crímenes de lesa humanidad en el marco de ataques armados contra
la población civil, cometidos a gran escala o bien como parte de una estrategia
general o planes específicos. El PCP-SL fue el principal perpetrador de
crímenes y violaciones de los derechos humanos. Fue responsable del 54 por
ciento de las víctimas fatales. “Frente
al uso de mesnadas y la acción militar reaccionaria respondimos con una acción:
Lucanamarca, ni ellos ni nosotros la olvidamos, claro, porque ahí vieron una
respuesta que no se imaginaron, ahí fueron aniquilados más de 80, eso es lo
real (...) fue la propia Dirección Central la que planificó la acción y dispuso
las cosas, así ha sido”.
Jaime Montoya A.
La tarde se
hizo penumbra,
el viento enmudeció,
=mudos la tierra y el cielo
presagiaban el dolor=.
Vienen de noche, en silencio,
con odio en el corazón,
=trayendo muerte en sus manos
trayendo desolación=.
Bajan de cerros y montes,
bajan con su desamor,
para matar la esperanza
para llenar de dolor.
Rostros envueltos de sombras
llegan con odio y rencor
empuñando armas, machetes
van a sembrar el terror.
Mi pueblo les dijo basta,
pueblo que busca la paz.
Entran rodeando la plaza
infunden miedo y pesar,
juntando hombres, mujeres,
su suerte en desdicha está=
Se oyen gritos y lamentos,
cuerpos tendidos están
voces pidiendo clemencia
vencidos por la traición.
Tiñen de sangre inocente
sacian violencia y crueldad
madres llorando a sus hijos
niños llorando orfandad.
Mi patria está de luto
sus hijos muertos están.
De tus cenizas resurgirás,
pueblo querido renacerás,
no más olvido, no impunidad
justicia, patria y verdad.
el viento enmudeció,
=mudos la tierra y el cielo
presagiaban el dolor=.
Vienen de noche, en silencio,
con odio en el corazón,
=trayendo muerte en sus manos
trayendo desolación=.
Bajan de cerros y montes,
bajan con su desamor,
para matar la esperanza
para llenar de dolor.
Rostros envueltos de sombras
llegan con odio y rencor
empuñando armas, machetes
van a sembrar el terror.
Mi pueblo les dijo basta,
pueblo que busca la paz.
Entran rodeando la plaza
infunden miedo y pesar,
juntando hombres, mujeres,
su suerte en desdicha está=
Se oyen gritos y lamentos,
cuerpos tendidos están
voces pidiendo clemencia
vencidos por la traición.
Tiñen de sangre inocente
sacian violencia y crueldad
madres llorando a sus hijos
niños llorando orfandad.
Mi patria está de luto
sus hijos muertos están.
De tus cenizas resurgirás,
pueblo querido renacerás,
no más olvido, no impunidad
justicia, patria y verdad.
El 22 de marzo de 1983,
una Ronda Campesina de Lucanamarca, Ayacucho, capturo, linchó y quemó vivo a
Olegario Curitomay, comandante local senderista que había sido vecino de
Lucanamarca y que tras ingresar en Sendero Luminoso había cometido numerosos
abusos contra sus antiguos vecinos. Este hecho menor, fue tomado por Abimael
Guzmán como una gran amenaza a su programa de control absoluto sobre las
comunidades campesinas como paso previo a la Guerra Popular. Abimael no podía
permitir que los campesinos pensaran que podían enfrentarse a Sendero ni
castigar al líder que él les había impuesto, ya que su programa de someterles
mediante el terror no resultaría. Así pues, Guzmán decidió dar “un escarmiento
ejemplar” a los habitantes de Lucanamarca.
El amanecer del domingo
3 de abril de 1983, una columna senderista de 60 hombres al mando del
comandante Hildebrando Pérez Huarancca, e integrada entre otros por el actual
líder de Sendero Luminoso en el VRAE; Víctor Quispe Palomino, se dirigió hacía
Lucanamarca para aniquilar a su población y dar el escarmiento ejemplar que
tanto deseaba Abimael Guzmán. Antes de llegar a Lucanamarca, los senderistas
cruzaron varios sectores de pequeñas aldeas cercanas a ésta localidad.
En la primera aldea,
llamada Yanaccollpa, los senderistas capturaron a 29 campesinos, hombres,
mujeres y niños, que fueron encerrados en una casa y asesinados brutalmente con
machetes, hachas y pistolas. Tras esto, los senderistas echaron agua hirviendo
sobre los cadáveres y cerraron la puerta de la casa con un candado. El
propietario de la casa era Antonio Quincho, quien se salvó de la muerte al
estar pastoreando su ganado en el momento de la matanza. Tras entrar en su
vivienda descubrió éste escalofriante escenario que él mismo narra a continuación:
“Estaban con las manos y los pies amarrados, hasta las trenzas salidas de las
señoritas, a quienes los habían cortado con hacha, cuchillo, pico, incluso les
habían echado agua caliente…encontraron a los niños quemados sus manitos,
caritas,… a los niños recién nacidos les habían sacado las tripas y pisado sus
cabezas hasta que salgan sus sesos”.
Tras este primer
delirio de violencia, los senderistas entraron en la aldea de Ataccara matando
a hachazos a un matrimonio y su pequeño niño. Continuaron su avance sobre el
centro de Lucanamarca matando de la misma forma a 8 personas en el sector de
Llacchua. Sin embargo, un pastor pudo advertir los hechos y corrió hacía
Lucanamarca para dar la voz de alarma. Un grupo de 13 hombres de Lucanamarca
partió armado de ésta localidad con objeto de emboscar a los senderistas desde
las alturas circundantes.
Los milicianos locales
no tuvieron suerte, ya que fueron apresados por los senderistas en un paraje
llamado Muylacruz. De estos 13 hombres fueron ejecutados 10, pudiendo escapar
los otros 3 al ser parientes de Gilber Curitomay uno de los terroristas que
integraban la columna y hermano de Olegario Curitomay, el comandante senderista
cuyo linchamiento y muerte habían desencadenado todos estos hechos.
A las cuatro de la
tarde, la columna senderista llegó finalmente a Lucanamarca, tras un inútil
amago de resistencia, en el que varios vecinos dispararon con hondas contra los
senderistas, muchos de los pobladores huyeron. Otros pobladores eran
simpatizantes de los senderistas y ayudaron a éstos a capturar a los vecinos
que eran partidarios del gobierno. El alcalde de Lucanamarca, Gualberto Tacas
Rojas, fue delatado por un vecino y recibió un disparo detrás de la oreja que
le salió por la cara. Pese a recibir ésta grave herida, consiguió huir y
esconderse, siendo uno de los supervivientes que posteriormente contaron los
pormenores de esta masacre.
Los vecinos de
Lucanamarca capturados fueron llevados a la plaza del pueblo, una vez allí los
hombres fueron separados de las mujeres y los niños. Un primer grupo de 20
hombres fue separado del resto y obligado a tenderse en el suelo, mientras se
encontraban en esa posición, fueron cruelmente agredidos con machetes, hachas,
pistolas e incluso grandes piedras, muriendo la mayoría de ellos. Uno de los
“afortunados” supervivientes, Marcelino Casavilca, recibió una herida de bala y
una cuchillada en el cuello.
Cuando los terroristas
estaban preparando a otro grupo de hombres para recibir el mismo tratamiento,
la fortuna intervino en la voz del niño Epifanio Quispe Tacas, quien empezó a
gritar desde lejos que se acercaba una columna de auxilio a Lucanamarca. Los senderistas, temerosos de enfrentarse en
combate abierto con fuerzas superiores, decidieron incendiar algunas casas y
escapar apresuradamente, salvándose así milagrosamente el resto de habitantes
de Lucanamarca.
El saldo de esta
macabra acción de venganza comunista, fue de 69 personas muertas: entre las que
había 11 mujeres (algunas embarazadas) y 18 niños. Abimael Guzmán había conseguido
cumplir su venganza y comentó sobre ella “Frente a la acción militar
reaccionaria respondimos contundentemente con una acción: Lucanamarca, ni ellos
ni nosotros la olvidamos, claro, porque ahí vieron una respuesta que no se
imaginaron, ahí fueron aniquilados más de 80. (…)Ahí lo principal fue hacerles
entender que éramos un hueso duro de roer, y que estábamos dispuestos a todo, a
todo….”
Sin embargo, esta
venganza políticamente sería un grave error del “Presidente Gonzalo”, ya que
ideológicamente alejó aún más a los campesinos andinos de los senderistas. Las
milicias campesinas aumentarían, ayudando al gobierno de forma muy efectiva a
derrotar a los senderistas y a empujarles a los minúsculos reductos que aún
controlan hoy en día con apoyo de los narcotraficantes de la zona.
Pocos días después de
la matanza de Lucanamarca, los “Sinchis”, policías de elite encargados de las
acciones antisubversivas, capturaron a veinte senderistas en las aldeas
cercanas. Entre los detenidos había varios miembros de la columna terrorista
que atacó Lucanamarca, curiosamente dos de ellos eran antiguos vecinos del
pueblo, que confesaron los hechos sin mostrar ningún arrepentimiento. Estos 20
detenidos fueron posteriormente trasladados a la prisión de la Base Militar de
Totos, desapareciendo para siempre…
Según la Unidad de
Investigación Forense de la Comisión de la Verdad y Reconciliación; encargada
de investigar las vulneraciones a los derechos humanos en esta terrible época,
los muertos fueron los siguientes: Zaragoza
Allauca Evanan, Samuel Allauca Huancahuari, Senilda Allauca Huancahuari, Vilma
Allauca Huancahuari, Francisco Constantino Allauca Matías, Crisóstomo Darío
Allaucca Chaupin, Sócrates Allaucca Evanan, José Allaucca Huancahuari,
Fortunato Allccahuamán Aguirre, Pablo Allccahuamán Rojas, Emigdio Arones Ruiz,
Lucio Casavilca Chaupin, Máximo Chaumpi Quincho, Grimaldina Chaupin Allauca,
Roberto Evanan Allccahuamán, Dionisio Evanan Huancahuari, Zenón Evanan
Huaripáucar, Felicita Evanan Tacas, Percy Garayar Allauca, Néstor Garayar
Quispe, Tiburcio Livio García Páucar, Efraín Heredia Quincho, Tiburcia
Huamanculí Ñañacchua, Cipriano Huancahuari Allaucca, Rosa María Huancahuari
Huamanculí, Juan de la Cruz Huancahuari Pérez, Hower Huancahuari Quichua,
Cirila Huancahuari Quispe, Martina Emilia Huancahuari Quispe, Cipriano
Huaripáucar Huancahuari, Constantino Huaripáucar Páucar, Valentina Huaripáucar
Quincho, Ambrosio Huaripáucar Tacas, Melquíades Lavio Montes, Fausto Misaico
Evanan, Santos Ñañachuari Allccahuamán, Honorata Páucar Casavilca, Espirita
Páucar Chaupin, Mauricio Páucar Chaupin, Catalina Quichua Quincho, Constantino
Quichua Quincho, Darío Quichua Quincho, Ausbertha Renee Quichua Quispe, Joaquín
Quichua Quispe, Ricardo Quichua Quispe, Rosenda Quichua Quispe, Cecilia Quincho
Páucar, Rosa María Quincho Páucar, Constanza Quispe Huamanculí, Damián Quispe
Matías, David Erasmo Rimachi Casavilca, Félix Gabino Rimachi Casavilca, Pablo
Rojas Ñañacchuari, Glicerio Rojas Quincho, Rubén Tacas Quincho, Juan Tacas
Cárdenas, Daniel Tacas Curitomay, Félix Tacas Meza, Abdón Tacas Misaico, Adela
Tacas Misaico, Donato Tacas Misaico, Haydeé Tacas Misaico, Zenilda Tacas
Misaico, Edwin Tacas Quincho, Livio Tacas Quincho, Maritza Tacas Quincho, Percy
Tacas Quincho, Elías Tacas Rojas y Alberto Tacas Ruiz.
lo que entendí fue:
ResponderEliminarLucanamarca fue unos de los pueblos mas destruidos en el peru, por mando de sendero luminoso del señor "ABIMAEL GUZMAN".
SENDERO LLEGO A ESE PUEBLO EN SEÑAL DE VENGANSA POR LA MUERTE DE UNOS DE SUS CAVESILLA, EN LA CUAL LOS HOMBRES CAMPESINOS, NIÑOS DE CUALQUIER EDAD Y MUJERES EMBARASADAS FUERON ASECINADAS; PERO LOS CAMPESINOS INTERARON DEFENDERSE CON ONDAS Y PIEDRAS, PERO FUERON LIQUIDADOS CON ARMAS DE FUSIL.
ESTE CASO DE LUCANAMARCA N OSE DEBE REPETIR NI AHI NI EN OTRO LUGAR, SOLO TENEMOS QUE VIVIR EN DEMOCRACIA Y EN PAZ.
ATTE. "ERICK LOPEZ ANCIETA" "D-3"
PSDTA: PROFE PONGAME 20.