El 16 de agosto celebramos la memoria de la Beata
María Sagrario de San Luis Gonzaga, religiosa del Carmelo Teresiano martirizada
durante la Guerra Civil Española.
Algo que la muestra distinta al común de
religiosas es que, antes de ingresar al Carmelo, fue una farmacéutica, fue
una de las primeras mujeres en obtener el título como tal. Como seglar se
distinguió por ejercer con responsabilidad su profesión la misma que entendió
como un servicio a los demás.
Sin embargo a pesar de que se sentía a
sus anchas en el ejercicio de su profesión, sentía dentro de si un llamado a
seguir al Maestro de modo más radical, y es así que ingresa en el Carmelo donde
consagrará su vida a la oración, a la penitencia y al apostolado universal y al
de servicio de su comunidad.
Su martirio fue consecuencia de su constante fidelidad a Dios
y al prójimo. Llegado el momento supo mantenerse firme en su fe y Dios la
fortaleció para soportar hasta el final el asedio de sus verdugos.
Su muerte se produjo probablemente en el día de la Asunción de María
quien de seguro la recibió con los brazos abiertos cuando entró en la Casa del
Padre.
Te admiro María Sagrario, hermana!!! Quisiera poder tener tu fortaleza y fidelidad en todo mi actuar.
Te contemplo serena en medio de tu angustia en el momento de la prueba. Te contemplo llena de perdón para con tus verdugos. Te contemplo en la gloria junto a Jesús el crucificado por amor!!!
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| Esta foto nos la muestra ya fallecida |
Si desean conocer algo más de ella pueden visitar el
siguiente link:
ORACIÓN
Oh, Dios, Padre de
bondad y fuente de toda santidad, que otorgaste a tu sierva, beata MARÍA
SAGRARIO DE SAN LUIS GONZAGA el don de fortaleza para soportar los tormentos
del martirio, concédenos que, siguiendo su ejemplo, nuestra vida sea una
ofrenda agradable a tus ojos, y participemos también de la gracia del martirio
por el cumplimiento fiel de tu santa voluntad en todas las cosas.
Por Nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,
que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, Dios por todos los
siglos de los siglos. Amén.
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