Tratar de amistad: MARÍA DEL MONTE CARMELO

Hoy 16 de julio celebramos la solemnidad de la santísima Virgen María del Monte Carmelo. Es un día grande para nosotros los Carmelitas (frailes, monjas, seglares, cófrades, devotos en general).

Aquí en Perú es muy celebrada en Barrios Altos y Carmen de la Legua (Lima) y en Paucartambo (Cusco) Ciertamente es una gran fiesta.

Pero habría que preguntarnos ¿Qué es lo que celebramos? Si nuestra devoción a la Virgen María del Carmen se queda solo en manifestaciones exteriores (novenas, triduos, procesiones, misas, capas, coronas, bailes, etc.) nuestro culto estaría incompleto; sin duda se trata de manifestaciones devocionales válidas, pero creo que debemos buscar interiorizar esta devoción, como tantas otras, para sacar el mayor provecho posible de la misma, o mejor dicho para vivirla según el plan de Dios.

Creo que como Carmelitas estamos llamados a mostrar a nuestro pueblo cómo es que debe vivirse esta devoción. Celebrar a la Virgen María del Carmen significa RESALTAR tres actitudes marianas que esta devoción quiere expresar:

1. María, mujer de ORACIÓN (Lc. 1, 26-38). El diálogo entre el Ángel y María se da en un contexto de oración donde se entrelazan aclaraciones, propuestas, decisiones. María del Carmen es la mujer orante que está atenta a la voz de Dios que le habla en su interior.

2. María, mujer que ESCUCHA y MEDITA la Palabra (Lc. 2, 16-19.46-52). Ella está a la escucha de la Palabra de Dios que se expresa en los acontecimientos de la vida diaria, en los signos de los tiempos recogidos en los relatos bíblicos. Esa Palabra es guardada en su Corazón, vale decir es meditada, es interiorizada.

3. María, mujer SERVIDORA de su pueblo (Lc. 1, 39-45). La oración cuando es verdadera lleva al servicio, y esto lo vemos concretamente en esta actitud de servicio que ella hace en favor de su prima Isabel que gestaba a su avanzada edad. María opta por servir a quien en su familia es la que más la necesita.

María del Carmen es la mejor expresión de lo que hoy intentamos vivir sus hijos, los Carmelitas: Una CONTEMPLACIÓN COMPROMETIDA

Seremos auténticos devotos e hijos de la Santísima Virgen María del Carmen si nos esforzamos en ser hombres y mujeres orantes; hombres y mujeres que escuchan y guardan su Palabra; hombres y mujeres servidores de su pueblo, en especial de los más desposeídos y necesitados.

Y para musicalizar esta reflexión les comparto una hermosa canción a María en la que se la despoja de todo lo exterior, de todo de lo que la hemos rodeado y que bien podría aplicársele a la Virgen María del Carmen.