Hoy en el Carmelo celebramos al Profeta Elías, el hombre de la presencia de Dios, el que celaba su honra, el que dio muerte a los falsos profetas.
Admiro a Elías, lo considero mi padre, padre de la Orden. Su vida es para nosotros los Carmelitas un modelo a imitar. El vivió en el monte Carmelo dedicado a cumplir la voluntad de Dios. Fue un hombre orante y servidor de su pueblo. Buscó solo la gloria de Dios.
Pero a la vez se nos presenta como un hombre semejante a nosotros, con sus dudas, sus miedos, sus inquietudes e interrogantes; pero muy a pesar de ello, supo ponerse al servicio del verdadero Dios y perseveró hasta el final.
Las escrituras nos dicen que fue arrebatado a los cielos y dejó a Eliseo su doble espíritu, el mismo que algunos dicen se refería a su vida orante y activa, doble espíritu que nosotros sus hijos debemos tener y que hoy podríamos decir o llamar: Contemplación comprometida.
Elías nos enseña que un verdadero Carmelita ora y se compromete, desde esa experiencia de Dios, con su pueblo en el que tratamos de hacer presente el Reino de Dios.
Para quien quiera saber más de este gran Profeta, le invito a visitar el siguiente link:
Padre Elías, te suplico me concedas tu doble espíritu a finde que pueda llegar a ser un auténtico Carmelita, vale decir un hombre orante y comprometido con la causa del Reino de Dios.
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